Aceite de Arnica y Palo Santo
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El Aceite de Árnica y Palo Santo, aplicado con presencia y conciencia, este actúa sobre algias en general, disarmonías en las cadenas musculares y tensiones arraigadas en los tejidos profundos.
Su acción descristalizante va más allá de lo físico: libera memorias limitantes, abre espacio para la fluidez y favorece una reconfiguración energética.
Este aceite es una fusión alquímica diseñada para actuar de manera efectiva sobre dolores óseos, articulares y musculares, este preparado acompaña procesos de recuperación física y energética.
El aceite de Árnica aporta su reconocida capacidad antiinflamatoria y analgésica, estimulando la circulación y favoreciendo la regeneración de tejidos.
La Jarilla, planta nativa de gran potencia, actúa como moduladora del dolor y la inflamación, reforzando los procesos de depuración interna y externa. Aceites esenciales seleccionados con minuciosidad, le otorgan su cualidad suavizante y relajante, colaborando en la liberación de tensiones profundas, tanto físicas como emocionales que son las responsables directas de lo que se percibe como dolor.
El aceite esencial de Palo Santo accede a capas donde el dolor se vuelve crónico o simbólico. Actúa como un bálsamo que no sólo calma, sino que guía: hacia la contención, la fuerza interior, la autoridad propia. Trabaja sobre un “esqueleto nuevo”: flexible, adaptable, nacido de la experiencia, pero fiel a los colores del alma.
En esta fórmula, el Palo Santo no solo acompaña el alivio del dolor físico, sino que guía un proceso de armonización espiritual y reconexión con uno mismo.
Es ideal como acompañante en prácticas terapéuticas manuales, meditaciones corporales o rituales de sanación. Un elixir poderoso para quienes buscan no solo alivio, sino transformación.
Contiene: aceite de árnica, jarilla, aceite esencial de palo santo y aceites esenciales seleccionados. Con inclusión de flores del mediterráneo, Bach y flores del Alba.
