Vainilla

(Vanilla planiflora)

La vainilla es mucho más que un aroma envolvente. Es sanación, dulzura y transformación. Regida por Venus y vinculada al elemento agua, su energía armoniza las emociones, liberando bloqueos del pasado y reconectándonos con nuestra esencia.

Originaria de México, la vainilla nace de una orquídea sagrada, símbolo de feminidad y magnetismo. En la antigüedad, se usaba para despertar la sensualidad y atraer el amor…

La vainilla nos va a acompañar en momentos difíciles,  en asuntos pendientes con el pasado Es para depresión, para depresión. Y cuando hay frío en el alma Va a ir a sanar heridas antiguas que quedaron olvidadas en el tiempo, pero que siguen doliendo en el recuerdo, en el discurso, en la nostalgia… dolores vencidos.

La vainilla va a ir a transformar con un abrazo dándonos consuelo entibiando con su dulzura esa emoción, nos va a acompañar a soltar pesares perdonando cosas que quedaron lejos en el pasado, dolores que siguen pesando en el cuerpo y en el alma.

Nos va a acompañar a perdonar para poder vivir el presente y proyectar el futuro, soltando y desapegándonos del pasado, de la culpa y de todo lo viejo que condiciona nuestro Hoy.

Activadora de la receptividad y de la comunicación afectiva, distiende frente a la actitud del universo amoroso, conteniendo y reeducando el discurso para periodos post traumáticos,  puntualmente crashes afectivos por alejamiento o desaparición del otro integrante de la pareja.

La vainilla nos va a acompañar a la reconstrucción de la propia historia, buscando las piezas que quedaron en diferentes tiempos y espacios, rotas o paralizadas de miedo para poder volver a armar nuestro propio rompecabezas y así Vivir el presente y proyectar el futuro.