Palo Rosa

(Aniba rosaeodora)

Fertilizante de Vida y Disolución de los Yermo

El aceite esencial de Palorosa regido por Saturno y vinculado al elemento Tierra, es una esencia de madera que porta en su alquimia la capacidad de reordenar lo desordenado y fertilizar lo estéril, tanto en la piel como en el alma.

Actúa como regulador del sistema nervioso, especialmente útil en crisis emocionales o momentos de confusión interna. En lo físico, regenera tejidos, cicatriza heridas y acompaña procesos dermatológicos con suavidad y profundidad.

Pero su misterio más profundo se revela en lo sutil: Palorosa desconjura los yermo, ese territorio estéril donde nada puede germinar. Donde hay vacío, frío y desconexión, esta esencia calienta, fecunda y une. No solo retira la energía de lo infértil, sino también el temor a esas zonas áridas del alma. Disuelve espejismos nacidos del terror a lo desconocido, educando a lo fecundo dentro del ser.

Es un fertilizante vibracional, un alquimista del deseo creador, que memora y esculpe los valores de Afrodita: el placer sagrado, la unión, el erotismo con sentido. Afrodisíaco del Tao, entibia la expresividad —internamente y en la palabra compartida— suavizando el diálogo y propiciando la comunión auténtica.

Finalmente, Palorosa enseña a discernir umbrales: nos muestra qué nos separa y qué nos une, qué es velo y qué es portal. Así, nos reconcilia con el cuerpo, con la tierra, y con la capacidad de gestar, crear y amar.