Rosa Blend

(Rosa Damascena y Centifolia)

La Rosa está regida por el planeta Venus y el elemento que va a trabajar es el agua, las emociones. Una  flor que nos inicia en el sentir profundo… La rosa, la reina de las flores, es símbolo de amor, transformación y sanación. Desde tiempos inmemoriales, su vínculo con Venus y el elemento agua la ha convertido en un portal de evolución emocional, enseñándonos que sentir es un acto de valentía.

Desde la antigüedad, ha sido símbolo de amor, transmutación y evolución. Es el puente entre la materia y el espíritu, la maestra que nos guía a través del dolor y la sanación.

Cuenta la leyenda que su fragancia nació de una gota de sangre de Venus besada por Eros, un susurro divino que entrelaza el amor humano con lo trascendente. La rosa es compasión,

paciencia, dulzura, pero también fortaleza y coraje. No hay rosas sin espinas, ni espinas sin rosas. Sentir es cosa de valientes.

Su relación con Venus la vincula con el sistema reproductivo femenino, aportando equilibrio, limpieza y regulación. Es un tónico del útero, un regulador hormonal, un depurador circulatorio. Se dice que los baños con pétalos de rosa y agua perfumada atraen el amor, no solo externo, sino el amor propio que nos reconstruye.

La rosa roja es un plafón de despegue, la rosa blanca es la cúspide, la manifestación más elevada del ser…

Antidepresiva, especialmente en rupturas o posparto,

Afrodisíaca, despertando la sensualidad y la seguridad.

Antiséptica y antiespasmódica, armonizando los ritmos fisiológicos.

Empatizadora, sanando vínculos rígidos y desbloqueando emociones.

Rejuvenecedora psíquica, guíaando el alma en procesos de transformación.

La rosa abre el corazón y nos enseña a sentirlo todo, a atravesar el dolor sin quedarnos en él, a honrar la experiencia con amor y compasión. Sus espinas no son castigo, sino parte del aprendizaje. Nos muestra la realidad en su totalidad: la belleza, el amor, las heridas y la sanación.

Es la maestra del sentir, la que nos enseña que el amor no es la ausencia de dolor, sino la capacidad de trascenderlo.